lunes, 22 de mayo de 2017

Todo comenzó cuando escuché los pasos de una persona que bajaba la escalera y como acto reflejo me llevé el Lumia 830 a la bolsa del pantalón, a fin de que quien fuera que pasase no dijera que desperdicio el tiempo "jugando" con el teléfono (pues me he dado cuenta que es lo que suponen que hago cuando no me da tiempo a guardarlo y hasta me preguntan: "¿A qué juegas?")

Así que mientras lo guardaba los pasos de la persona que bajaba la escalera se hacían más intensos. Como el sonido de la lluvia ☔ que nos toma desprevenidos en plena calle y apenas nos da tiempo a guarecernos tras un escaparate de alguna librería de libros antiguos, mientras la lluvia ya ha arreciado lo suficiente para no permitirnos seguir nuestro camino.

Pero algo raro pasaba, algo que no era normal. Pues los pasos seguían sin ver yo a la persona. Quien haya sido (mujer, me supongo, por el ruido del taconeo al pasar junto a mi) no alcancé a verla, solo a escucharla y pasar de largo la puerta 🚪 aún sin detenerse ✋ ni necesitar de la llave para ello.

Seguro me saludó al pasar, pero mi existencia, al ser distinta a la suya, no fue capaz de entenderla ni de escucharla.

Seguro fue una de las personas que vivieron hace tiempo en este edificio. Alguien a quien más de una vez debí ayudar a subir las bolsas de la compra o los bultos de alimento para el perro, bultos de treinta kilos de peso durante más de cuatro pisos.

Y es que durante los ya casi diecinueve años al servicio de estas personas, más de una en cada piso, en total doce personas, son las que ya no viven aquí pues han fallecido.

He tratado de siempre ayudarlas aunque no ha sido buena la recompensa. De ser así, no estaría ahora mi estómago dándome estos lamentos: Ésta enfermedad que padezco llamada hambre hace que tenga estos delirios.

De eso morí hace dos años, antes de publicar este relato, el cual no fue publicado hasta muy tarde, cuando en algún rincón de la escalera oculté éste mi Smartphone esperando tan sólo un puntito del Wi-Fy , pues teniendo yo el mío jamás la señal me llegó...

Escrito desde el Windows Phone 10, obsequio del amigo J.J.P.

 

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